Cuando la salud se ve afectada por causas internas (extirpación de ganglios, embarazo, alteraciones hormonales, estrés) o externas (sedentarismo, mala nutrición), la concentración de productos de desecho en el plasma se incrementa, lo cual favorece la formación de edemas. Esta técnica favorece la eliminación de líquido y de toxinas, mejorando el funcionamiento del sistema inmune y del cuerpo en general.
El sistema linfático es uno de los dos sistemas que se encargan de transportar los líquidos en nuestro cuerpo. El otro es el más conocido, el cardiovascular. Ambos trabajan en conjunto, pero es el sistema linfático el que se encarga de drenar y transportar las sustancias más grandes que no pueden retornar por las venas, así como también los glóbulos blancos.
La linfa, por lo tanto, es un líquido incoloro compuesto de glóbulos blancos, proteínas, grasas y sales. Se transporta desde los tejidos hasta la sangre a través de los vasos linfáticos. Además, cumple una función clave ya que es quien transporta a las células del sistema inmune alrededor del organismo.
En el sistema linfático no existe una bomba que impulse la linfa (a diferencia de lo que ocurre en el aparato circulatorio) sino que la linfa se mueve gracias a las contracciones musculares. Ello es posible porque los vasos linfáticos se sitúan entre el tejido muscular y al realizar el cuerpo movimientos cotidianos o comunes, es cuando se activa la circulación linfática siendo muchísimo más lenta que la sanguínea.
Las personas que pasan mucho tiempo sentadas por trabajo o que no realizan actividades físicas periódicas deberían realizar esta terapia por lo menos una vez por semana para ayudar al cuerpo a desintoxicarse y fortalecer el sistema inmunológico.
Algunos de los beneficios de esta técnica son:
• Estimula la circulación linfática y ayuda a eliminar el exceso de líquidos y sustancias de desecho del organismo, acelerando el proceso detox.
• Reduce la retención de líquidos, regulando el tono muscular.
• Contribuye a mejorar las defensas del organismo al favorecer la función de los ganglios linfáticos.
• Mejora el aspecto de la piel y combate la celulitis, la flacidez y el acné.
• Tiene efecto analgésico, por lo que también se recomienda en dolores derivados de enfermedades como la fibromialgia, artristis y artrosis.
• Tiene un efecto relajante en el sistema nervioso, aliviando situaciones de estrés y ansiedad, pero también combatiendo los efectos de patologías como migrañas y vértigo.
• Mejora la circulación sanguínea y ayuda a eliminar problemas derivados de una mala circulación, como las varices.
• Estimula la función renal.
Indicaciones:
• Fibromialgia.
• Distenciones musculares.
• Acné.
• Celulitis y várices.
• Edemas faciales.
• Edemas por embarazos.
• Edemas linfoestáticos y post-operatorios (ideal post cirugía plástica).
• Edemas en el sistema nervioso.
• Migrañas.
• Enfermedades crónicas de las vías respiratorias: rinitis, sinusitis, faringitis, etc.
• Edemas de origen traumático.
• Estreñimiento y flatulencias.
• Luxaciones.
• Distenciones musculares.
• Artritis.
• Artrosis.
• Afecciones de las partes blandas (capsulitis, tendinitis).
Contraindicaciones:
• Trombosis.
• Insuficiencia cardiaca severa: Con el drenaje linfático se exige un esfuerzo cardiaco mayor, algo no recomendado cuando se sufre una insuficiencia cardiaca severa.
• Hipotensión arterial severa: Después de una sesión de drenaje linfático, la presión arterial baja, por lo que no es recomendable someterse a esta terapia en casos de hipotensión previa.
• Inflamaciones agudas.
• Infecciones agudas: si existe una infección activa localizada (una herida infectada, por ejemplo) es preferible no recibir un drenaje linfático hasta haberla eliminado, ya que al mejorarse la circulación de la linfa, la infección puede propagarse más rápido por el organismo.
• Edemas linfodinámicos y desnutrición.
• Síndrome del seno carotídeo: Las personas que sufren esta patología tienen una hipersensibilidad del seno carotídeo que hace que su estimulación cause grandes cambios en la frecuencia cardiaca y en la presión arterial, por lo que el drenaje linfático no está recomendado en estos casos.
• Embarazadas en sus primeros 4 meses de gestación.
